La Élite. Kiera Cass
Te quiero América. Y estoy muy muy orgulloso.
- Soy más valiente de lo que te crees, América. No tienes ni idea de las cosas que he tenido que sacrificar a lo largo de los años. Y si cometo un error, asumo las consecuencias.
- También me importas lo suficiente como para poder decirte que estás cometiendo un error.
- De pronto recordé que Aspen siempre había sido así. Sacrificaba el sueño por mí, se arriesgaba a que le pillaran tras el toque de queda por mí, iba reuniendo céntimo tras céntimo por mí. Su generosidad era más difícil de ver porque no podía hacer grandes regalos como Maxon, pero ponía mucho más corazón en lo que daba.
- Me dije que debía proteger mi corazón, que no podía ponerlo en sus manos. Maxon y yo habíamos empezado como amigos, y quizás eso fuera lo que debíamos ser: buenos amigos. Pero estaba desolada.
- Asentí y bajé la cabeza. No podía hablar de mis sentimientos por alguien que estaba enamorado de otra persona.
- Y por mucho que intentara distanciarme, aún me importaba. Todavía no estaba lista para desentenderme del todo de él.
- Quizá la clave sea mantener la calma mientras los demás se dejan llevar por el pánico.
- Y ahí aparecía de nuevo la esperanza, abriéndose paso entre tantas preocupaciones.
- Pero lo importante no era cómo me sintiera yo. Lo importante era decidir qué iba a hacer al respecto.


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