La Élite. Kiera Cass

by - 6/01/2025

  • Es lo más maravilloso y lo más terrible que te pueda suceder. Sabes que has encontrado algo sorprendente, y quieres que te dure toda la vida; y a partir de entonces, te pasas cada segundo temiendo el momento en que puedas llegar a perderlo.
  • Tenía miedo de haberme equivocado, de que pudieras cambiar de opinión en cualquier momento. He estado buscando una alternativa aceptable, pero lo cierto es que... -Maxon me miró a los ojos sin titubear-. Lo cierto es que eres la única que me interesa. A lo mejor es que no estoy prestando la atención necesaria, o quizás es que no son las chicas indicadas para mí. Eso no importa. Solo sé que te quiero a ti. Y eso me aterra.
  • Comprendía la sensación que tenía Maxon: la de que todo aquello era demasiado bueno para ser verdad, como para poder confiar en ello. Esa era la misma sensación que yo tenía a diario con él.
  • A lo mejor esto que te voy a decir no es lo correcto, pero quiero que lo sepas: cuando saliste corriendo hacia el estrado, sentí que nunca en la vida me he sentido más orgulloso de ti. Siempre has sido guapa; siempre has tenido talento. Y ahora sé que tu talla moral está a la misma altura, que ves claramente cuando algo no está bien y que haces todo lo que puedes por combatirlo. Como padre, no puedo pedir más. 
  Te quiero América. Y estoy muy muy orgulloso. 
  • Soy más valiente de lo que te crees, América. No tienes ni idea de las cosas que he tenido que sacrificar a lo largo de los años. Y si cometo un error, asumo las consecuencias.
  • También me importas lo suficiente como para poder decirte que estás cometiendo un error.
  • De pronto recordé que Aspen siempre había sido así. Sacrificaba el sueño por mí, se arriesgaba a que le pillaran tras el toque de queda por mí, iba reuniendo céntimo tras céntimo por mí. Su generosidad era más difícil de ver porque no podía hacer grandes regalos como Maxon, pero ponía mucho más corazón en lo que daba.
  • Me dije que debía proteger mi corazón, que no podía ponerlo en sus manos. Maxon y yo habíamos empezado como amigos, y quizás eso fuera lo que debíamos ser: buenos amigos. Pero estaba desolada.
  • Asentí y bajé la cabeza. No podía hablar de mis sentimientos por alguien que estaba enamorado de otra persona.
  • Y por mucho que intentara distanciarme, aún me importaba. Todavía no estaba lista para desentenderme del todo de él.
  • Quizá la clave sea mantener la calma mientras los demás se dejan llevar por el pánico.
  • Y ahí aparecía de nuevo la esperanza, abriéndose paso entre tantas preocupaciones.
  • Pero lo importante no era cómo me sintiera yo. Lo importante era decidir qué iba a hacer al respecto.


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