La Selección. Kiera Cass
- Quizá fuera que lo que deseaba era una tontería. Puede que ni siquiera fuera algo que pudiera llegar a tener. Aún así, era mío. No me veía capaz de sacrificar mis sueños, por mucho que significaba mi familia para mí.
- Sea como sea, lo que deseo es que te quieran. Te lo mereces. Y espero que algún día te cases por amor, y no en función de un número.
- Su vida era aquella, y no podía borrarla de un plomazo.
- Fue un momento robado del destino.
- En mi imaginación, todo salía perfectamente. En mi imaginación, todo el mundo era feliz...
- Quizá si había gente que podía olvidar de la noche a la mañana.
- ¿Por qué todo el mundo pensaba que todo dependía de la belleza?
- Ella suponía que luchábamos por el mismo objetivo. Pero no pueden quitarte algo si en realidad no lo quieres.
- Por lo que yo sé, el amor verdadero suele aparecer siempre donde menos te lo esperas.
- Eso no se hace. Uno no deja a su familia así como así. Mantenerse unidos... es el único modo de sobrevivir.
- No recuerdo cómo empezó, pero muy pronto los dos nos habíamos confesado nuestros sentimientos, y no lográbamos dejar de reír de lo contentos que estábamos de que nuestro sentimiento fuera correspondido. Ni siquiera podía pensar en lo que suponía violar el toque de queda o mentir a mis padres. Me daba igual ser una Cinco y que él fuera un Seis. No me preocupaba el futuro. Porque lo único que me importaba era que me quisiera...
- Maxon, espero que encuentres a alguien que te haga sentir que no puedes vivir sin ella. De verdad. Y espero que nunca experimentes lo que puede ser vivir sin esa persona, todo el esfuerzo que conlleva.
- A veces, cuando estás desesperado, cometes locuras.
- Sabía que no me iba a enamorar de Maxon de la noche a la mañana. Mi corazón no me lo permitiría. Pero de pronto me encontré con que era algo que deseaba. Así que me planteé la posibilidad, solo para mí, aunque en más de una ocasión sentí la tentación de explicar mi secreto a los cuatro vientos.
- Lo único que hay que hacer es ser una misma. Prefería que Maxon me enviara a casa por ser yo misma a que me eligiera por ser quien no soy.
- Tal como sospechaba, había otro par de ojos mirándome. Había visto a Aspen al entrar, pero ni había querido hacerle caso. Aunque supongo que es imposible no prestar atención a alguien a quien quieres tanto.
- América, creo que lo he dejado claro [...]. Si esto fuera más sencillo, ya habría eliminado a todas las demás. Sé lo que siento por ti. A lo mejor soy demasiado impulsivo al pensar que puedo estar tan seguro, pero tengo la convicción de que contigo sería feliz.
- Era sencillo pero brillante. Supongo que a veces el mejor modo de guardar un secreto es dejarlo a la vista.
- No, no se trata de escoger a ninguno de los dos, ni a él ni a ti. Estoy escogiéndome a mí.


0 comentarios